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viernes, 19 de agosto de 2016

Cuerpos Sutiles

Los cuerpos sutiles son como capas de aura que envuelven al cuerpo  físico y que juntas forman nuestra aura. En general, se distinguen cinco  cuerpos sutiles que envuelven el cuerpo físico en capas sucesivas:


El cuerpo etérico, que es el menos sutil de los cuerpos sutiles.  Es el cuerpo que se detecta con una cámara Kirlian y que se asocia erróneamente  con el aura. Suele compararse con un campo electromagnético y sirve de enlace  entre el cuerpo físico y los demás cuerpos sutiles. Nos une a la tierra y a  nuestras raíces. Está asociado al primer y segundo chakra. Sus colores son el  rojo fuego, el rojo escarlata y el naranja.

El cuerpo astral es el segundo cuerpo sutil. En él se acumulan  todas nuestras emociones. El «calor» del corazón procede del cuerpo astral, que  es donde se debe trabajar para modificar un esquema educativo o una creencia.  Está asociado al plexo solar y su color es el amarillo.

El cuerpo mental es el menos estático de todos los cuerpos  sutiles. Está directamente influenciado por nuestro estado mental del momento,  y es el responsable de impulsar los demás cuerpos sutiles. Está asociado a los  chakras del corazón, timo y cuello. Sus colores son el verde, el turquesa y el  azul.

El cuerpo causal encierra el secreto de la planificación de  nuestra vida, en él se recoge toda la información acerca de nuestro karma y  nuestro dharma. Está asociado al chakra del tercer ojo. Su color es el añil.

El cuerpo espiritual permanece de encarnación en encarnación, en  él se esconde nuestro espíritu, nuestro yo divino. Está relacionado con el  chakra coronal. Su color es el violeta.


Los chakras y los cuerpos sutiles funcionan como una pareja: los  chakras son yang, masculinos y activos, y los cuerpos sutiles son yin,  femeninos y pasivos.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Armonizar los chakras y los cuerpos sutiles

La Aromaterapia energética asocia el conocimiento del alma de las plantas –dicho de otro modo, de los aceites esenciales- a la ciencia de los chakras y los cuerpos sutiles, así como a todas las facultades de los órganos sensoriales, en primer lugar los sentidos del olfato y del tacto.

En el Ayúrveda, se dice que las plantas poseen la facultad de  influir en el funcionamiento de los chakras y los cuerpos sutiles, por tanto,  sus efectos se extienden hasta los aspectos psicoemocional y físico del ser  humano. ¿Qué mejor que los aceites esenciales (o el alma de las plantas) para  influir con sutileza pero al mismo tiempo con eficacia, en el funcionamiento del  cuerpo humano? Estas esencias divinas y complejas son medios indispensables  para favorecer la alegría y la salud del ser humano a todos los niveles.

El estado del cuerpo físico es la consecuencia de una gran  cantidad de información y procesos que se van acumulando con el paso de los  años, hasta almacenarse en nuestros cuerpos energéticos, esos que conocemos  como «chakras». Toda nuestra biografía, incluida la que procede de vidas  anteriores, se concentra en nuestros centros energéticos.

Una acumulación de pensamientos negativos, puede llegar a «atascar»,  e incluso bloquear el buen funcionamiento de un chakra. La sensación de no  haber sido amado, respetado o comprendido durante la infancia, el doloroso luto  por un ser querido o el impacto de una guerra, por ejemplo, son experiencias  que pueden perturbar el buen funcionamiento de uno u otro chakra. El hecho de  encadenar vivencias negativas, puede «contaminar» uno o varios chakras y llegar  a provocar, en el futuro, diversas patologías por todo el organismo.

Pensemos en situaciones que perturban el tráfico de una ciudad,  como un cruce de calles, un accidente o la tradicional «hora punta», que acaban  formando un atasco que se extiende hasta las arterias de los alrededores y  llega hasta otros cruces. La ciudad entera se paraliza. Los chakras son como  esos cruces de calles, son centros energéticos que regulan y nutren las  diferentes funciones de nuestro cuerpo.

Habitualmente se distinguen siete (o nueve) chakras principales,  que están alineados en la columna vertebral, cada uno de ellos con la  correspondiente cualidad, estructura, forma y color específicos. La palabra «chakra»  procede del sánscrito y significa «rueda». Los chakras se complementan entre  ellos, no funcionan por separado unos de otros. Al igual que un vehículo sólo  puede rodar perfectamente si las cuatro ruedas están en buen estado, un ser  humano no puede resplandecer si no tiene abiertos todos sus chakras.





Cuando los chakras están cerrados, la fuerza vital se bloquea, los  antiguos esquemas resurgen y nos estancamos. La vida pasa a ser una obligación.  En cambio, si están abiertos, el espíritu (nuestro yo divino), puede  manifestarse mejor en la materia, el tiempo y el espacio. 

Tomado de Aromas que Curan.