En la antigüedad, la mayoría de las civilizaciones pensaban
que los animales, los vegetales y los minerales eran seres vivos completos que
también poseían alma. Muchos rituales de la época consistían en entrar en
contacto con esas almas. Estas civilizaciones creían que todas las almas podían
emitir un campo energético, un aura, que tenían la capacidad –incluso el deber-
de curar física, emocional y espiritualmente al ser humano.
En otro tiempo, el médico consultaba la naturaleza y apelaba
al alma más apta para resolver el desequilibrio del momento. Era un médico,
pero también un sacerdote, un sabio, un hechicero y un clarividente cuya misión
consistía en ayudar al ser humano a reencontrar el equilibrio físico, emocional
y espiritual en el seno de la naturaleza.
El arte de la curación no era simple teoría, sino que
mantenía una comunicación directa con la tierra, las plantas, los animales y
los minerales. Aquellas civilizaciones pensaban que todo estaba relacionado en
el universo, distinguían el microcosmos de la tierra del macrocosmos del
universo; para ellos, la tierra respiraba al ritmo del universo.
Estas culturas ancestrales buscaban ante todo la armonía
entre el cielo y la tierra, eran conscientes del respeto y cuidados que debían
a la tierra, al cielo, al agua y al fuego para lograrlo, observarlos y tener en
cuenta sus diferentes manifestaciones. La fuerza de regeneración de la
naturaleza, se manifiesta en la fertilidad de la tierra, el crecimiento de las
plantas y la maduración de los frutos.
Al igual que sucedía entonces, hoy en día no podemos
comprender la Aromaterapia energética, o sea, la energía del alma de las
plantas, exclusivamente desde el punto de vista intelectual. Sólo es posible
comprender la fuerza holística de los aceites esenciales si se aprecia la
naturaleza, se observa con mirada inocente, se sienten las plantas con el
corazón, se huele su aroma dejando la mente analítica a un lado, sin juzgarlas
ni reducirlas a conceptos racionales. Únicamente en estos momentos de asombro
ante la naturaleza, se pueden descubrir las propiedades energéticas de los
aceites esenciales, comprender sus aspectos más sutiles y los puntos
específicos del cuerpo físico sobre los que actúan.
La comprensión de la Aromaterapia energética, pasa por la
observación cotidiana de la naturaleza y por plantearse constantemente esta
pregunta: ¿Qué plantas me ayudan a crecer y cuáles me ayudan a desarrollar al
máximo mis capacidades en este momento preciso?
La denominación de una planta, su aspecto físico, su
importancia en la naturaleza, en la mitología o en la historia de la humanidad,
pueden ser características más reveladoras que una lista de componentes
bioquímicos para comprender un aceite esencial. Dicho enfoque es la base de
todo conocimiento en materia de plantas medicinales. En la medicina india
ayurvédica, es el enfoque fundamental desde hace miles de años.
Tomado de Aromas que Curan.
Tomado de Aromas que Curan.
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