sábado, 13 de agosto de 2016

Aromaterapia Energética

Los aceites esenciales están estrechamente vinculados a la alegría, la felicidad y la salud. Nunca provocan una emoción negativa, ni dependencia, ni cualquier otro malestar. Desde hace unos años vuelven a cobrar protagonismo en una nueva tendencia centrada en los valores naturales de una vida sana y equilibrada, aquella que predica el bienestar por medio de la alimentación, el ejercicio físico y los cuidados del cuerpo y la mente

Con la tendencia actual, que aboga por el retorno a la naturaleza, la Aromaterapia es considerada nuevamente como un método fitoalopático en sí mismo, en particular gracias al enfoque médico y científico de la escuela francesa. Habida cuenta de que son muy concentrados, que están clasificados desde un punto de vista bioquímico y que son fáciles de usar en diversas formas de aplicación, los aceites esenciales son tremendamente eficaces, tanto a título curativo como preventivo; a menudo sin efectos secundarios ni intolerancia en múltiples patologías físicas.

Investigadores, terapeutas y simples apasionados en el «el arte de los aromas», han sido los pioneros y verdaderos impulsores de la Aromaterapia alopática, favoreciendo su reconocimiento desde el punto de vista científico. Sin embargo, este enfoque alopático tan riguroso, omite el aspecto global de la planta y su poder energético. Los aceites esenciales no sólo tienen la capacidad de curar el cuerpo físico, sino que sus efectos alcanzan el sistema hormonal, influyendo el estado psicoemocional y espiritual, los sentidos, los cuerpos sutiles y sus centros energéticos, es decir, los chakras.

Las civilizaciones antiguas consideraban los aceites esenciales como el «alma y espíritu de las plantas», se percibían incluso como eminentemente valiosos; tanto es así que en otros tiempos, sólo tenían permitido su uso los hechiceros, chamanes, sacerdotes médicos y nobles.

Algunas escuelas de Aromaterapia, en particular las que proceden del mundo anglosajón, son menos rigurosas desde el punto de vista científico, y sus investigaciones se basan principalmente en las capacidades espirituales, energéticas y vibratorias de los aceites esenciales. Ante todo, consideran la Aromaterapia como una «terapia energética», y emplean los aceites esenciales asociándolos a los sentidos del olfato y el tacto.

Según estas escuelas, el cuerpo físico, el mental y el espiritual están estrechamente relacionados, y las enfermedades físicas suelen estar causadas por un desequilibrio emocional, una desmotivación o un estado de ánimo.

Mientras que en el último milenio los inventos, la investigación y las demostraciones científicas cartesianas han prevalecido en nuestro mundo, el interés por comprender los ámbitos energético, sutil y espiritual ha comenzado a tomar el relevo.

La Aromaterapia holística requiere más sensibilidad y creatividad que el análisis puramente intelectual de las propiedades de los componentes químicos de las plantas medicinales. Un aromaterapeuta holístico es más intuitivo, se encuentra más próximo al chamán o al sacerdote que quema incienso, que al médico o aromaterapeuta fitoalopático.

A partir de leyendas, de la mitología y del uso de las plantas en ceremonias religiosas de las civilizaciones antiguas, se extiende la mentalidad del aromaterapeuta holístico, que se rige por los aspectos físicos de la planta, por su forma, su textura, la parte de la planta que se emplea para extraer su aceite esencial, su olor, su zona de cultivo o incluso su color, pero ante todo, permanece atento a su fuero interno.

Se puede abordar la Aromaterapia como un simple método fitoalopático, basado en la bioquímica y el aromatograma, pero también como un método de desarrollo holístico basado en el conocimiento de los chackras. Ambos enfoques nos conducen hacia la comprensión de la persona y a un punto de vista que le es propio, sin embargo, no son necesariamente antagónicos, sino más bien complementarios, pues combinan maravillosamente.

De este modo, los aceites esenciales que contienen fenoles, como lo son el de canela de China o el de clavo de olor, son potentes bactericidas desde el punto de vista bioquímico, y en dosis muy elevadas, son, además, dermocáusticos y hepatotóxicos. Desde un punto de vista energético, se consideran «caloríficos», ya que aportan energía vital, activan el «rojo» (elemento fuego de la persona), así como el primer chakra, el chakra radical.


Los aceites esenciales son una de las sustancias más valiosas que la naturaleza nos ofrece, sería deseable una colaboración entre ambos enfoques aromaterapéuticos, en beneficio de la salud y el bienestar general. 

Tomado de Aromas que Curan. 

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